ENERGÍA MASCULINA

Todos necesitamos la energía femenina y masculina para un equilibrio en nuestro desarrollo, crecimiento y construcción de nuestra personalidad.
La energía masculina es más dinámica, activa, agresiva y regula la capacidad de dar

Por eso es tan importante la energía masculina, la energía de papá, porque mientras más en equilibrio tengamos integradas ambas energías, femenina y masculina en nosotros, más en equilibrio nos sentiremos respecto al amor, respecto al escoger una carrera, al elegir un trabajo, pareja o al tomar iniciativas personales.

Pero, hay veces que no siempre estas energías están en equilibrio; en generaciones anteriores el padre era un ser un poco ausente, serio, que daba órdenes, castigaba, sin mostrarse mayormente afectuoso.

La Terapia de Vida Pasada y Terapia Adaba, permiten trabajar el niño interior y su relación con la energía masculina que tal vez falto o no existió.

Esta energía masculina es necesaria para construir un adulto sano. Un adulto capaz de paternar desde lo que esa alma que llega a su vida necesita, y dejar fuera la crianza basada en creencias y carencias.

La crianza basada en creencias se refiere a criar en función de las creencias heredadas, por ejemplo: voy a criar a mi hijo como me criaron a mi porque a mi me sirvió.

La crianza basada en carencias es criar en base a lo que a mí me falto. Por ejemplo: nunca tuve una bicicleta cuando pequeño, entonces mi hijo tendrá una bicicleta apenas pueda enseñarle.

En función de lo anterior, yo los invito a realizar una introspección y preguntarse: ¿Hasta donde conozco esta alma que llega a mi vida?, ¿Qué necesita de mí?, ¿Qué viene trabajar, sanar, aprender en esta vida? y ¿Cómo yo puedo aportar en su desarrollo y aprendizaje en esta vida?